Detalle nota de prensa - Comunica GVA
Un total de 46 pinturas conforman la nueva Sala Sorolla del Museo de Bellas Artes de València
- La sala tendrá carácter permanente y recorre la trayectoria del pintor desde sus primeros bodegones a los retratos de madurez
El Museo de Bellas Artes de València (MuBAV) presenta la nueva instalación museográfica de la sala de la colección permanente dedicada al pintor Joaquín Sorolla, el maestro indiscutible del luminismo valenciano, a pocos días de la conmemoración del centenario de su muerte, ocurrida el 10 de agosto de 1923.
La sala, ubicada en el edificio claustral del Museo, está conformada de manera exclusiva por cuarenta y seis obras del artista, el mayor número de obras de Sorolla que hasta el momento se ha expuesto en la colección permanente del Museo, a la que se incorporan por primera vez las obras del pintor valenciano que formaban parte de la colección Lladró, adquirida por la Generalitat el año pasado.
De la colección de obras de Sorolla que conserva el Museo de Bellas Artes de València, formada por un total de cincuenta y cuatro obras, lo que la convierte en la segunda colección pública más importante del pintor valenciano, tan solo permanecen almacenadas las obras que, por su especial soporte en papel, no pueden ser expuestas de forma permanente, así como aquellas que están en proceso de restauración o han sido cedidas en préstamo temporal para exposiciones, como es el caso de ‘Los abuelos de mis hijos’, obra realizada por Sorolla en 1905 y que en estos momentos se exhibe en la muestra ‘Sorolla en negro’ en la Fundación Bancaja.
Esta redefinición de la Sala Sorolla ha venido motivada por la incorporación a la colección del Museo de Bellas Artes de València de la obra ‘Yo soy el pan de la vida’, la pintura de temática religiosa de mayores dimensiones (417 x 528,2 cm) que se conserva del maestro valenciano, que necesariamente debía instalarse en su actual emplazamiento por su excepcional tamaño.
El director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel, ha subrayado que “Joaquín Sorolla es el protagonista indiscutible de la pintura española del período de entresiglos” y que “merecía una sala dedicada a su formidable personalidad artística en el edificio Pérez Castiel, destinado a ser el gran referente en arte de los siglos XIX y XX”.
El director ha señalado también que “la Sala Sorolla permite ver todos los géneros que trabajó el genio de la luz, desde el paisaje, al desnudo, el retrato o la pintura religiosa”. González Tornel ha recordado que “la Sala Sorolla permite recorrer la trayectoria del pintor desde su primer bodegón, pintado cuando era adolescente, hasta los retratos de madurez, como el de Isabel Bru”.
En estos momentos, los visitantes, además de disfrutar de la nueva Sala Sorolla, también pueden contemplar la exposición temporal de la ‘Colección Masaveu. Sorolla’, que permanecerá abierta hasta octubre.
Joaquín Sorolla Bastida
Joaquín Sorolla Bastida (València, 27 de febrero de 1863 - Cercedilla, 10 de agosto de 1923) inició su educación artística en 1876 en las Escuelas de Artesanos. En 1878 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde se formó en la tradición académica, aunque se considera que sus verdaderos maestros fueron Francisco Domingo Marqués y Gonzalo Salvá Simbor. 1884 fue un punto de inflexión en la vida de Joaquín Sorolla. El pintor obtuvo la segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes con ‘El Dos de Mayo’ y, además, una pensión de la Diputación de Valencia.
En Roma y París, Sorolla entró en contacto con Francisco Domingo, los Benlliure y las corrientes internacionales vinculadas a la pintura realista, del natural y de carácter luminista, aquilatando, poco a poco, un estilo muy personal caracterizado por una destreza técnica excepcional que le permitió enfrentarse con solvencia a casi cualquier sujeto. Desde la pintura de historia (‘El grito del Palleter’ o ‘El padre Jofré protegiendo a un loco’), a la temática religiosa (‘Yo soy el pan de la vida’), el retrato, la pintura costumbrista o el paisaje, Sorolla fue excelente en cada empresa pictórica que emprendió.
Desde 1892 Joaquín Sorolla participó en numerosas exposiciones internacionales celebradas en Múnich, París, Chicago, Berlín, Venecia y Viena, pero fue en 1900 cuando obtuvo el Grand Prix en la Exposición Universal de París y en 1901 la medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid. A partir de este momento su éxito resultó imparable y el maestro expuso en las principales capitales europeas y americanas. En 1911 Sorolla recibió de Archer Milton Huntington el encargo de pintar ‘Las provincias de España’ para la sede de la Hispanic Society of America en Nueva York. Sus últimos años fueron de trabajo incansable y dejó una inmensa obra llena de creatividad hasta su muerte en 1923.